MI GUARIDA.

Esta es mi guarida, una habitación de unos 10 metros cuadrados donde tengo mi ordenador, mi mesa de dibujo, mi caballete, mis libros de Astronomía y Filosofía, mis cuadros de Arte Espacial, mis trofeos, mis maquetas. Todas mis novelas han salido de este cuartito, y mis artículos y muchos de mis dibujos; aunque los cuadros al óleo los pinto en la terraza, donde hay más espacio. Es mi refugio, mi sancta sanctorum, el espacio privado e inviolable que todos deseamos tener. Desde la ventana, si levanto la persiana, puedo ver el monte Benacantil y el Castillo de Santa Bárbara, y las golondrinas si es Verano, o los relámpagos si hay tormenta. Tengo un globo terráqueo de los años 20, una maqueta de la nao Gallega, conocida en la Historia como la Santa María, con la que Colón descubrió América, varios libros de Alan Watts sobre Budismo Zen, un facsímil del Cancionero y Romancero de Ausencias, que escribió Miguel Hernández en la cárcel de Alicante, un ejemplar de Cosmos de Carl Sagan y otro de Alicia en el País de las Maravillas con los dibujos originales de Tenniel, un calendario en forma de peregrino del Camino de Santiago, un Buda sonriente, los textos originales de todas mis novelas, las que he publicado y las que nunca salieron a la luz, un sofá cama donde a veces duermo la siesta y a veces pienso y me fumo una pipa, y donde mis gatos Kepler y Kenia me hacen a veces compañía, mi título de Profesor Mercantil firmado por un indeseable y tantas, tantas cosas que no cabrían en un agujero negro; y sin embargo todas encuentran sitio en este pequeño cuarto, que es mi particular concha de caracol, donde me refugio de todo lo que me duele y me aíslo para viajar al mundo de Despertonia, de donde creo que soy oriundo. Como soy tan feliz aquí, lo quiero compartir con vosotros, como hacen mis amigos cuando vienen a verme. Esta es mi guarida y vuestra casa.