martes, 7 de abril de 2020

UNA HISTORIA INVEROSÍMIL.

Con esto del confinamiento no hay reuniones de nuestra tertulia. Unos cuantos compañeros la celebran de manera virtual, con sus móviles, aunque yo, ayer, no estaba de humor para eso. Os pongo aquí mi escrito que hubiera presentado si hubiéramos acudido a El Godo a celebrarla. Espero que la leáis con el sentido del humor que la penosa situación que atravesamos necesita para no caer en el desánimo.


UNA HISTORIA INVEROSÍMIL.

Narciso López era un exitoso escritor de novelas de ciencia-ficción; aunque últimamente atravesaba un bache en su creatividad. Su fértil imaginación había culminado con la obtención del prestigioso premio Hal-2019. Pero, precisamente por eso, Narciso se sentía obligado a mantener la altura literaria propia de una primera figura en su género; y no encontraba el argumento apropiado para un nuevo libro. Debía descartar las distopías, la ópera espacial, los temas de inteligencia artificial, de viajes en el tiempo, de invasiones extraterrestres, de universos paralelos, de… Parecía que todos los temas estaban ya muy manidos, y él necesitaba una verdadera novedad, algo insólito, una historia que asombrase y entusiasmara a sus lectores.
Recapacitó. Y sin saber cómo, de algún oscuro rincón de su cerebro fue surgiendo una rara historia: En una aldea de China alguien comía el guiso de un animal que a un europeo le parecería repugnante. Días después, el glotón caía enfermo de una infección que afectaba gravemente a sus pulmones. El nuevo mal era altamente contagioso, y días después se había extendido por toda la provincia, antes de que los médicos se percataran de la epidemia. Aquella enfermedad no mataba a todos los contagiados, solo a algunos, pero avanzaba vertiginosamente, sin dar tiempo a reaccionar a los políticos, que cuando trataron de aislarla ya era tarde; e inevitablemente viajó por todo el planeta, causando desconcierto y alarma, y llegó a Europa y América. No había vacuna ni tratamientos que pudieran frenarla y la única opción era que cada cual se encerrase en su casa, evitando el contacto con cualquier otra persona. Y así pasaron los meses en un mundo silencioso por cuyas calles desiertas deambulaban las alimañas, mientras la mortandad se extendía por hospitales y residencias de ancianos, y  sanitarios y policías ofrecían al mundo su heroico tributo de vidas y contagios. Solo se salía de casa, con protección de mascarilla, guantes y ropa esterilizada, para adquirir lo indispensable.
La vida de confinamiento forzaba a convivencias no siempre felices. Las reacciones eran muy variadas, entre miedosas y mezquinas. Había políticos odiosos que antes habían recortado presupuestos de sanidad, y ahora, en lugar de ayudar a sus gobiernos a resolver la situación, la utilizaban para sembrar la desconfianza y sacar rédito electoral en futuras votaciones. Había empresarios inmorales que intentaban obtener beneficios comerciando con medicamentos y medios protectores. Había famosillos televisivos que luchaban por obtener mayor audiencia a costa de horrorizar a su clientela. Había maltratadores machistas que aprovechaban el aislamiento para torturar impunemente a sus parejas. Y había gente común malhumorada, impaciente, desesperada, cuyo único consuelo era salir al balcón a las 8 de la tarde para aplaudir, chillar y desahogar su impotencia.
Narciso torció el gesto. La historia le pareció inverosímil y desagradable. No le gustaba y dudaba de que le fuera a gustar a nadie. Aquel no era el argumento que necesitaba, porque eso no podría pasar nunca. La tecnología médica lo habría impedido y el ser humano no podía ser tan torpe, mezquino y miserable.

                                                           Miguel Ángel Pérez Oca.

                                                                  (500 palabras)

2 comentarios:

el sindrome de ulises el blog de eusebio perez oca dijo...

Narciso tenia un final preparado que le pareció excesivo. La oposición, de origen fascista radical, organizada en un tripartito cuyo padre "espiritual" era un taimado personaje, amparándose en la libertad, palabra que ellos solo usaban para defender la libertad de prensa (lease subvención y publicidad institucional a mansalva), la libertad de enseñanza (lease colegios privados subvencionados con los impuestos de todos y organizados para comer el coco, adoctrinar a los niños en valores totalmente irracionales y mantener a una élite religiosa, casposa) y la libertad religiosa (subvención de una secta perniciosa basada en la leyenda de un joven que andaba por el agua, no tenía padre humano y multiplicaba los panes y los peces, además de resucitar. Mantenimiento de los profesionales de dicha secta y exención de impuestos a los negocios y propiedades de dicha secta con sede en el extranjero) además de la libertad de empresa. Por supuesto empresas que vivan de las subvenciones oficiales, los impuestos bajos y el control sobre los trabajadores que recibían unos sueldos de miseria y no tenían derechos sindicales al ser abolidos por los sucesivos gobiernos).
Dicha oposición inundó de falsas noticias la prensa servil y los medios tecnológicos con supuestos sucesos inventados. La justicia no fue lo suficientemente ágil para frenar a estos personajes. Además tras ellos habían grupos de presión de la prensa carca y eso significaba coartar la libertad de expresión y la de prensa. Es decir, coartar legalmente a los poderosos grupos de "desinformación". Tras ello acogotaron al gobierno legal calificándolo de radical comunista, bolivariano, marxista, independentista, llamando felón al presidente electo, traidor, criminal, etc. El caso es que se venció a la pandemia. A pesar de la falta de medios debida a los recortes de los sucesivos gobiernos de la derecha y de las comunidades gobernadas por los colegas del tripartito. En las siguientes elecciones y gracias a las campañas lanzadas por los de siempre, volvió a ganar la derecha.
Su primera medida fue eliminar impuestos con lo cual la deuda contraída por el estrado español debió ser pagada inflando las arcas con la privatización de los hospitales públicos, los medios de comunicación públicos, los pocos bancos sin privatizar, le rebaja de las pensiones, etc. El encarcelamiento de los lideres de las comunidades autónomas no afines y le eliminación y recentralización de la política autonómica. Además de la rebaja delos sueldos de los empleados del estado, etc.Y NO PASÓ NADA. España volvió a ser UNA GRANDE Y LIBRE. Lo del cadáver de Franco ya lo contaremos otro día.
Narciso pensó que el final era exagerado. Aquello no podía ocurrir. La oposición sería leal y no usaría la desgracia general para conspirar.

Eusebiet d´Alacant

Miguel Ángel Pérez Oca dijo...

Pues puede pasar, si los españoles no nos espabilamos. Aunque creo que esta pandemia y el confinamiento correspondiente ha hecho pensar a muchos.