jueves, 28 de marzo de 2013

A 71 AÑOS DE LA MUERTE DE MIGUEL HERNÁNDEZ.

Vicente Aleixandre visita la primera tumba de Miugel Hernández en Alicante. 

Hoy, 28 de marzo de 2013, se cumple el 71 aniversario de la muerte de Miguel Hernández, el más grande poeta español de todos los tiempos. Los canallas hipócritas que lo dejaron morir de tisis en condiciones infrahumanas no solo le quitaron la vida, sino que arrebataron a la poesía universal una obra que, a sus 31 años, estaba todavía en sus comienzos. ¿Qué poemas, qué versos encendidos hubiera dado Miguel al mundo si se le hubiera permitido morir de viejo? ¿Hasta qué punto nunca conoceremos la inmensa dimensión de lo que el canónigo Almarcha y el padre Vendrell nos arrebataron en su afán de vengarse de quien había pertenecido al redil católico y lo había dejado para luchar por el pueblo? Fue un crimen de lesa humanidad y el robo más grande de la Historia de la Poesía. Hace 71 años nuestro poeta se murió solo, con los pulmones podridos, en la oscuridad de una enfermería destartalada, triste y carente de medios. Lo habían dejado morir sin recibir las atenciones que merece cualquier enfermo. Solo el consuelo de la compañía de algunos amigos y las racionadas visitas de su esposa y su hijo le arrancaron las últimas sonrisas. Lo enterraron en un nicho del cementerio de Alicante, tras una escueta lápida en la que solo decía: "Miguel Hernández, poeta". Ahora reposa junto a los restos de su Josefina y su Manolito en el lugar más distinguido del camposanto alicantino, la Universidad de Elche se llama como él, tiene monumentos y calles en todas partes, pero los canallas se salieron con la suya y nos arrebataron su obra futura. Alrededor de su muerte florecieron los falsarios, los pretendidos protagonistas, los políticos necesitados de votos populares, los aprovechados; y como no se han inventado los monumentos negros, los que debieran dedicarse a los canallas, los culpables se fueron de este mundo de rositas, como si no hubieran cometido un crimen inmundo. Y aún dicen que al final siempre prevalece la justicia... ¡MENTIRA!
He dicho.
Miguel Ángel Pérez Oca.

1 comentario:

Eusebio Pérez Oca dijo...

Basta con comprobar la extraordinaria investigación de Escarabajal y de Nepomuceno para comprender la bajeza de personajes como el tal Almarcha. El amigo Santos Escarabajal encontró en el expediente carcelario de Clemente Torregrosa la estancia en el Hospital Provincial de este recluso, desde marzo a Septiembre de 1941, aquejado de ¡¡bronquits!!. Es decir, era fácil ser atendido con un poco de calidad con solo permitirlo. ¿Quien impidió a Miguel Hernandez el derecho a su salud?. Es evidente. Los mismos que le impidieron recibir visitas a partir de la segunda que le hacia su esposa y en el periodo que va desde el 24 de Septiembre de 1941 hasta diciembre-enero siguientes. Por no estar casado por la Iglesia. Elvira, la hermana de Miguel seguía las visitas. A Miguel se le trata de un supuesto tifus. Esto empeoró su salud. Ocurrió tras la conversación con Vendell: "Nosotros no conseguiremos de usted lo que queremos, pero usted no conseguirá le que quiere". Así sentencio Vendrell a Miguel Hernandez. Prohibición de recibir visitas de Josefina de y de Manolillo. Miguel es visceral y revienta. Los problemas intestinales del disgusto, posible ulcera o colon irritable, se confunde con tifus. Cuando comprenden que el tratamiento solo ha perjudicado más si cabe a su pulmón izquierdo, ya es tarde. Le siguen negando la atención médica. Solo la promesa del matrimonio por la iglesia da paso a unas pocas visitas, tres o cuatro y solo dos con Manolillo. Varios fueron los jueces y los verdugos. ¿Las victimas?. Millones. Miguel no solo es Miguel. Es una voz del pueblo. Es la voz de la razón contra la sinrazón. Es el dolor de los cojones del alma, el más profundo de los dolores. El que todo ser humano decente siente ante la injusticia. Ante cada injusticia. Si Espartaco vuelve de vez en cuando y es millones....Miguel sigue ahí. Con su obro corta pero intensa. Integro y fuerte. Miguel hace poesia para su uso como arma de lucha o de defensa. Ya lo dijo otro poeta: La poesia es un arma cargada de futuro.

Eusebiet.