"25 de mayo. La tragedia olvidada" se presentó al público por primera vez en diciembre de 2005 y, en vista de su éxito editorial, se hicieron dos nuevas reimpresiones en 2006. Es una novela construida con testimonios verídicos que trata del terrible bombardeo que sufrió Alicante el 25 de mayo de 1938. El ataque causó más de 300 muertos y fue, seguramente, el más sangriento bombardeo de nuestra abominable Guerra Civil, por encima incluso del sufrido por la famosa Gernika. El olvido, el miedo y el silencio ocultaron durante todo el tiempo de la dictadura la memoria de los supervivientes, y los muertos yacieron, ignorados, en una fosa común del cuadro número 12 del Cementerio Municipal. Incluso después del advenimiento de la democracia se tuvo que esperar 20 años hasta que, en 1995, se pusieron tres lápidas sobre aquel enterramiento ignominioso. Yo no quería escribir este libro, pues consideraba que otros escritores de más prestigio y oficio que yo estaban llamados a hacerlo. Pero pasaban los años y los testigos del ataque se iban muriendo de viejos. No se podía esperar más, y me eché a la aventura de entrevistar a los viejecitos alicantinos que guardaban memoria de la guerra. Y así parí con dolor esta novela que tan bien ha sido recibida por el pueblo alicantino.
Ahora se han agotado los ejemplares de la primera edición y el editor (Editorial Club Universitario, de San Vicente del Rapeig) me ha propuesto hacer una segunda edición, a la que he añadido unas cuantas reflexiones sobro lo averiguado y acontecido desde que se realizó la primera; así como unos pocos datos complementarios en el Apéndice y una rectificación del texto que debiera ponerse en el monumento de la Plaza del Mercado, aún pendiente de inaugurarse.
Y esto me preocupa mucho. Resulta que el monumento de Elena Albajar, ganadora del concurso de ideas convocado en su día por la Comisión Cívica para la recuperación de la Memoria Histórica, ya está terminado, a punto para colocarse; y que en el pavimento de la Plaza del Mercado, hay una zona preparada para ello, incluso con los complementos de instalación y toma de corriente necesarios. Entonces, ¿por qué no se pone ya, antes del próximo 25 de mayo? Pues, por una disputa entre la Alcaldesa de Alicante, doña Sonia Castedo, y los miembros de la Comisión Cívica, a causa de que en la leyenda del monumento se describe a los atacantes como "aviadores fascistas italianos", y a la señora Alcaldesa le molesta el término "fascista", que entiende polémico y peyorativo. Los de la Comisión se niegan a quitar la palabra y la Alcaldesa no autoriza la colocación, y mientras los viejecitos supervivientes se van muriendo y se van a ir sin la satisfacción de ver reconocidos, con un monumento digno, sus sufrimientos y pérdidas familiares.
A mí me resulta indignante que un monumento no se ponga por una sola palabra, y pienso que entre todos los alicantinos deberíamos obligar a las dos partes en conflicto a encerrarse en un despacho y no salir hasta haber consensuado de una puñetera vez el texto y haber acordado su inauguración para el próximo 25 de mayo, ya tan cercano. Está claro que el texto debe honrar y mencionar a las víctimas, y también describir con precisión a los atacantes, para que el monumento cumpla su misión de recordatorio histórico; pero hay muchas formas de decir las cosas. Si "fascista" no le gusta a la señora Alcaldesa, que diga qué palabra prefiere para que el visitante del monumento se entere de que unos aviadores italianos, que pertenecían al bando...¿golpista, rebelde, faccioso, fascista, totalitario, alzado en armas contra el Gobierno legítimo republicano, franquista...? asesinaron en una incursión aérea terrorista a más de 300 personas inocentes y no combatientes, ancianos, mujeres y niños.
Por eso os invito a venir el día 10 de marzo al Club Información, a las 8 de la tarde, para asistir a la presentación de la segunda edición de mi libro y para hablar de esta extraña situación. A ver si entre todos conseguimos que se llegue a un acuerdo entre las dos partes y se ponga el monumento que, por encima de ideologías y resabios, es de todos los alicantinos.
Así que, ¿nos vemos el día 10?
Espero que seamos muchos y sepamos hacer oír nuestra voz en la prensa, en los blogs, en la televisión y en el boca a boca. Hasta que consigamos ver el monumento en su sitio.
Vixca Alacant.
Miguel Ángel Pérez Oca.
1 comentario:
Amigo Miguel Ángel:
La sorpresa más grande que me llevé en aquel taller de escritura en el que nos conocimos, fue, precisamente, enterarme de tu considerable bagaje de novelista, que me llevó a preguntarme lo mismo que al lector que no seas tú en este instante: ¿qué coño pinta este tío en un taller así? La presentación de tu blog lo explica claramente: “la vida sin compartir no es nada”: tu objetivo –comprendí después- no era aprender a escribir, sino compartir tu saber y tus dudas (además de la cerveza). Así que, cortesía de compañero, espíritu de lector y curiosidad de novelista frustrado me llevaron a leer “Los viajes del padre Pinzón”, cuya travesía no sólo terminé gustoso, sino que, además, vine a atracar, justamente, en la línea de salida de “El 25 de mayo, la tragedia olvidada”. Por cierto, que al leer en tu artículo que esa amnesia se contagió a esos “otros escritores de más prestigio y oficio que yo”, me vienen a la memoria, vaya usted a saber por qué, estos versos de Benedetti:
Pero es atroz,
sencillamente atroz,
si es la humanidad
la que se encoge de hombros.
En cuanto a lo de la estela a grabar en conmemoración de las víctimas de esa ignominiosa masacre que tus nos impides olvidar con tu novela, ¿has visto “Malditos bastardos”, esa peli en la que, aunque no dice el por qué, deja muy clarito que los fachas, una vez que han sido derrotados, no quieren ser reconocidos y ocultan su uniforme, por lo que, para evitarlo, el teniente Aldo Raine les graba, con su machete justiciero, una vistosa cruz gamada en la frente, pero a ellos no les gusta nada nada nada, e intentan resistirse cual gato panza arriba?. Pues eso.
Con un saludable chinchín,
Joaquín.
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