martes, 21 de agosto de 2018

UNA TONTERIA.






El tema de la tertulia de ayer era "La estulticia", y yo presenté este trabajo que espero os guste:

USTED Y LA ESTULTICIA.

            La prueba de que es una característica muy abundante entre los seres humanos, es la cantidad de sinónimos que tiene la palabra que la define, veamos: Estulticia, necedad,  estupidez, sandez, tontería, bobería, disparate, imbecilidad, idiotez…
            Usted… ¿Se ha dado cuenta de que tiene un dedo condicionado? No puede sentarse ante la televisión sin que su índice vaya derecho al botón número cinco del mando a distancia. Le interesan sobremanera las andanzas de cierta señora semianalfabeta, esa que dice “Yo por mi hija maaaato”, y de sus cómplices, los listillos entrometidos y sabihondos y las gritonas a las que se les hincha la vena del cuello cuando comentan, enardecidas, los chismes íntimos de cualquier famosillo… En fin, que si alguno de estos lamentables sujetos se presentara a unas elecciones, usted, por supuesto, lo votaría. Faltaría más.
            Usted se siente fatal cuando alguien de su entorno pulsa el botón número seis del televisor. “Ya están éstos con la murga de la política”, murmura para sí y cambia de canal a la primera oportunidad. Porque le tienen sin cuidado los problemas que afectan a la ciudadanía; salvo que le toquen a usted el bolsillo. Y entonces alardea de criterio político aduciendo que “todos los políticos son iguales” o que “todos han venido a forrarse”.
Usted, cuando vota, se deja cautivar por las arengas de algunos candidatos, solo si sus propuestas son facilonas, cuando no hacen análisis más o menos profundos. Le molesta tener que pensar en reivindicaciones, desigualdad de género, impuestos directos e indirectos y todo ese “rollo”. Es más fácil - ¿verdad?- echarle la culpa de todo a “esos negros que vienen en las pateras a quitarnos el trabajo”.
            A mí me parece muy bien que a usted le guste el fútbol. Pero, me mosquea que esté convencido de que cuando gana su equipo favorito, usted también gana algo, además de legítima satisfacción. Y no digamos nada si es en un trofeo internacional y ve subir la bandera española. Llora de emoción, ¿verdad? Y en cambio, no le preocupa lo más mínimo que en nuestro país haya más o menos empleo, vivienda, buena sanidad y educación. Ni se escandaliza del chorro de millones que se manejan alrededor de esos chicos riquísimos que deberían jugar solo por afición.
            Usted, cuando conduce, siempre tiene razón. Si alguien se detiene delante, usted le pita y lo insulta; pero si se detiene usted y le pitan, es capaz de bajarse del coche y liarse a bofetadas. Ah, y habla por el móvil mientras conduce “porque le da la gana”.
            Cuando sale de su ciudad, usted va tirando colillas en playas y bosques, y deja tras de sí un reguero de basura.
            Así que permítame que le diga que no es usted un vulgar humano necio, estúpido, bobo, idiota, imbécil… No, usted es algo mucho más peligroso. Es usted un abominable Homo Estultus, y con su actitud irresponsable me está perjudicando a mí y nos está perjudicando a todos. Que es peor un memo que un malo.

                                                           Miguel Ángel Pérez Oca.


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