jueves, 7 de junio de 2018

NO QUIERO ILUSIONARME.



No quiero ilusionarme. La política española ya me ha dado demasiados revolcones. Y no quiero mañana perder otra vez el tiempo lamiéndome las heridas... Pero es tan hermoso. Resulta tan estéticamente maravilloso este nuevo Gobierno, que uno difícilmente se puede resistir a ilusionarse. Quizá salgan adelante todos estos magníficos y magníficas muchachos y muchachas, pese a su insuficiente peso parlamentario. Quizá mañana mismo le quiten la medalla a Billy el Niño, desmonten la Ley Mordaza, aseguren las pensiones, anulen los efectos letales de la pasada Reforma Laboral... Quizá lo hagan tan bien que sus rivales de la Izquierda y sus enemigos de la Derecha no se atrevan a vetarlos; y así alcancen unas próximas elecciones en un momento tan favorable que los lleve a la victoria definitiva y a una larga etapa socialista que convierta a Pedro Sánchez en el mejor Jefe de Gobierno de la Historia. Ojalá... ¿Que dirá, entonces, aquel Cayo Lara, cazador de conejos y liebres, que afirmaba que votar al PSOE o al PP era lo mismo? ¿Qué dirán los que hace unos días votaron la Moción de Censura para librarse de una vez de don Tancredo Rajoy, pero ya se lamentan de haberlo hecho? ¿Qué dirá la Historia?... Pero, no quiero ilusionarme. Temo al capitalismo liberal que aguarda, taimado, tras el horizonte para malbaratar lo que hoy se nos ofrece como hermosa estampa feminista y socialista. ¿Por qué será que no puedo dejar de sentir miedo? No quiero volver a sufrir una decepción. No quiero. 

No hay comentarios: