viernes, 18 de enero de 2013

LA CLASE BAJA.


Desde luego, la gente decente no pertenece a la Clase Baja. Los ciudadanos honorables, que pagan sus impuestos, que no delinquen, que no roban, no asesinan, no maltratan ni abusan de sus semejantes, no pueden ser encuadrados en una denominada Clase Baja, ni mucho menos. La Clase Baja es la de la gente despreciable, la de los delincuentes, ladrones, asesinos, mentirosos e indecentes que se consideran una élite porque ostentan ropas caras, joyas, vehículos, residencias y yates de precios prohibitivos, indicios de que para poseer tamaños bienes han tenido que robar mucho, o cometer actos peores. Muchas veces, esos miserables parásitos morales pretenden pertenecer a una minoría selecta, a un estrato superior. Desde luego ocupan el sector más alto de la economía, pero el más bajo de la ética y la humanidad. Estoy hablando de banqueros sin escrúpulos, grandes financieros sin humanidad, empresarios aprovechados que se enriquecen con el trabajo ajeno, economistas vendidos a sus "señoritos", políticos corruptos, obispos prepotentes y demás gente de alto presupuesto y baja estofa. Ellos y solo ellos son los enemigos de la Humanidad, los culpables del hambre, las guerras, la desolación ecológica y demás miserias que azotan a este mundo que, por otra parte, cuenta con recursos de sobra para que todos sus ciudadanos pudieran vivir decentemente, si no tuvieran que mantener los lujos de esas sabandijas, de esos zánganos, de esos parásitos sociales. Claro que son una minoría, porque los buenos siempre han sido más que los malos. Ellos son la Clase Baja que hay que erradicar, que habría que reeducar para convertir en buenos ciudadanos; porque, así como son ahora, sobran en el seno de esta especie que se cree sabia. Los más astutos nos roban dentro de la ley y las normas democráticas, que ellos mismos administran y fabrican de acuerdo con sus intereses; pero eso no los exime de la culpa moral que nos escandaliza a todos los ciudadanos honestos, a poco que nos informemos. Y es que, en el fondo, están enfermos de egoísmo y megalomanía, son miopes morales, mezquinos y putrefactos, cobardes e ignorantes. En fin, que son tan pobres que solo tienen dinero.
  Miguel Ángel Pérez Oca.

1 comentario:

Eusebio Pérez Oca dijo...

Ya sabes, Miguel, "la clase baja" o "rastrera", que también podría definirse así, continua SOBRE-COGIDA. Les han pillado con las manos en la masa. ¿Quien desconocía la historia?. No se lo que dura el secreto bancario, pero, si se pudiera hablar. No hay libertad para hacerlo por que no hay garantías. Pudieron con Garzon. Lo del Franquismo fue una escusa. Lo de Gurtel y las escuchas era lo que dolía. Ya les salió bien con lo de Naseiro. Hoy en la prensa de derechas se recuerda que esto es una continuación, que la red Naseiro continuó funcionando. Y dura y dura....Pero hay cosas que no se pueden decir (hablar de recaudadores, comisionistas, PGOUs, etc). Solo dos buenas noticias, en parte. Dos pequeñas victorias con sabor amargo. La Plataforma STOP DESAHUCIOS ha levantado la acampada al comprometerse el Banco de turno a asumir la dacion en pago y que el matrimonio con tres hijas consiga un alquiler social. ¿Donde están los beatos defensores de la VIDA que se manifiestan entre botafumeiros y lemas manipulados por una supuesta fe y un manido amor al prójimo? Me consta que a la gente "de bien", los bancos les renegocian las hipotecas y si no, le buscan un comprador. De esta forma nadie pierde. El Banco cobra la hipoteca y saca beneficios con las comisiones correspondientes, el exhipotecado puede seguir su vida sin perder, pues recupera lo pagado o la mayor parte y el nuevo comprador se beneficia de algún descuento más de las facilidades que le da el Banco en la renegociación de la hipoteca. Pero eso es solo para los amiguetes. Se dice que la Ley es de hace más de cien años. ¡¡Mentira!!. En la Republica y sobretodo en el último tramo se consiguió una ley que regulaba estas cosas. Hay carteles de le época donde puede leerse y hemerotecas donde se recoge la noticia. Pero eso es otra cosa. La segunda pseudovictoria ha sido el despido de "solo" 14 trabajadores de Vocento en el diario La Verdad en Alicante. Iban a ser 17 y han sido 14. Se iban con 20 días por año y un máximo de doce mensualidades y se ha superado el límite. Se van con treinta días por año y un máximo de 13 mensualidades. Es jodido conformarse con perder antes que con "masperder". Mientras habrá más de un sobre circulando por las manos de siempre. Si no ¿por que tanto interes en Rabassa, el AVE, de nuevo el Trasvase del Ebro, etc?.

Eusebiet.