Uno piensa que el Sistema (capitalista, comunista, o lo que sea) debe estar al servicio de los ciudadanos y no a la inversa. Pero las medidas que están adoptando los gobiernos de derechas de Europa ante la crisis parece revelar lo contrario. Cuando los bancos, por su mala cabeza (o la mala cabeza de sus economistas), entraron en bancarrota, era el momento de nacionalizar la banca; pero eso resulta impensable en un político conservador, para el que la privatización es un dogma indiscutible. Así que los esfuerzos de Sarkozy, la Merkel y demás, se han dirigido a salvar el Sistema, sin siquiera controlarlo o reformarlo mínimamente: liberalismo salvaje a ultranza, del que implantaron Reagan y la Thatcher y que prima la especulación sobre la creación de riqueza y el dinero sobre la verdadera fortuna, que viene del trabajo de los ciudadanos sobre las materias primas y el ingenio, el esfuerzo y, mínimamente, sobre el capital inicial invertido directamente en la empresa, no en el juego de la Bolsa, que no crea nada, como no sea crisis e inestabilidad. Así que ahora prevalece la austeridad por encima de la dinamización de la economía, como si el empleo no estuviera por encima de los dividendos de banca y multinacionales. Primero, por lo visto, es pagar las deudas a los usureros y timadores. Y así nos va.
Aquí está pasando como en el naufragio del Titanic, en cuyos insuficientes botes salvavidas se procuraba salvar exclusivamente a los pasajeros de primera clase; y donde un pasajero que rompió una puerta para liberar a otro, fue amonestado por un empleado que le reclamaba la indemnización por los daños causados a la compañía naviera. O sea, que primero es el aparato jerárquico y burocrático de intereses y después, las personas.
Me hace mucha gracia cuando el ministro de Industria, ese señor del que ignoro el nombre pero cuya cara me recuerda asombrosamente al finiquitado Aznar, amenaza con represalias al gobierno argentino, cuya intención de nacionalizar los intereses de una multinacional con capital español supone, para él, una agresión a España. Y en cambio, permanece impávido, él y todo su Gobierno, ante las exigencias de mercados y gobiernos extranjeros que ponen en peligro la supervivencia digna y la salud de millones de españoles en paro, o previsible paro. Por lo visto, el sosias de Aznar interpreta como ataque a España el acoso a su sistema, pero no lo es el acoso al pueblo español, supuestamente soberano, según la Constitución.
¡Ay, patriotas de hojalata, de rosario y pandereta! La culpa la tiene una gran parte del pueblo español, por haberlos votado. Que ya se sabe que no hay nada más tonto que un pobre de derechas.
Miguel Ángel Pérez Oca.
Aquí está pasando como en el naufragio del Titanic, en cuyos insuficientes botes salvavidas se procuraba salvar exclusivamente a los pasajeros de primera clase; y donde un pasajero que rompió una puerta para liberar a otro, fue amonestado por un empleado que le reclamaba la indemnización por los daños causados a la compañía naviera. O sea, que primero es el aparato jerárquico y burocrático de intereses y después, las personas.
Me hace mucha gracia cuando el ministro de Industria, ese señor del que ignoro el nombre pero cuya cara me recuerda asombrosamente al finiquitado Aznar, amenaza con represalias al gobierno argentino, cuya intención de nacionalizar los intereses de una multinacional con capital español supone, para él, una agresión a España. Y en cambio, permanece impávido, él y todo su Gobierno, ante las exigencias de mercados y gobiernos extranjeros que ponen en peligro la supervivencia digna y la salud de millones de españoles en paro, o previsible paro. Por lo visto, el sosias de Aznar interpreta como ataque a España el acoso a su sistema, pero no lo es el acoso al pueblo español, supuestamente soberano, según la Constitución.
¡Ay, patriotas de hojalata, de rosario y pandereta! La culpa la tiene una gran parte del pueblo español, por haberlos votado. Que ya se sabe que no hay nada más tonto que un pobre de derechas.
Miguel Ángel Pérez Oca.
1 comentario:
¡¡En que poco tiempo hemos podido comprobar que ZP era bueno!!. Simplemente y honradamente bueno. Tanto que creimos que era tonto. Y no es así. Los tontos hemos sido los que hemos creido en que ZP y Rajoy eran lo mismo. Yo no me lo he creido del todo....pero.
Ahora vemos al más grande de los inutiles, Rajoy, lamiendo el trasero de Europa y convirtiendo España en un Todo a 1 Euro. Liquidación por derribo. Y salvese el que pueda....que yo ya salvo a la banca. Nunca en 100 dias se habia acabado con lo conseguido en cien años. Ahora hace casi cien años morian un teniente de carabineros y un obrero en la calle Alfonso el Sabio, frente a la casa del bisabuelo Eusebio. Él no fue asesinado por las "fuerzas del Orden" de milagro. Nunca hemos consolidado el tema. Las ocho han sido manipuladas y ahora barridas. Y hay quien no se entera. Pero ya les llegara el turno. Entonces acudiran a pedir ayuda a sindicatos y partidos de izquierdas. Como siempre.
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