jueves, 13 de enero de 2011

UN LIBRO A LA SOMBRA DEL BENACANTIL.








El lunes, día 17 de enero de 2011, en la Sede Universitaria de la calle Ramón y Cajal, nº 4, tendré el honor de compartir nada menos que con Enrique Cerdán Tato y Mariano Sánchez Soler la presentación del libro de relatos “HISTORIAS BAJO EL BENACANTIL”, que coordina María Ángeles Salas Moneo y que edita el Centro Óptico Carolinas.
Se trata de un libro delicioso, con un magnífico prólogo de Enrique Cerdán Tato y 12 cuentos de José Montero Muñoz, Nuria Salas Moneo, María Luisa Barea Gámez, Ángeles Ruiz García, María Mercedes Tormo Muñoz, María Ángeles Salas Moneo, José Antonio Guzmán Pérez, Paqui Pérez Gallego, Daniel R. Moya Fuster, Teresa Rubira Lorén, Harmonie Botella Chaves y Marcos Iñesta Esteve. Ocho mujeres y cuatro hombres de estilos muy diferentes pero con un denominador común: todas sus historias se desarrollan a la vista de nuestro Monte Benacantil. Historias íntimas de la vida corriente de los alicantinos, o sucesos relacionados con nuestras tragedias pasadas, el encanto del cine de nuestra niñez, la historia de una peluquera entrañable y un entrañable homosexual, el inmigrante que dedica un rap a su malograda “chica del tres”, un alto en la Plaza de los Luceros, la Santa Faz y un billete de lotería que puede cambiar la vida de un hombre fracasado, el hombre de la sangre de horchata y el cuadro que le lleva al verdadero amor, la Plaza de la Montañeta y el bombardeo de las ocho horas, el fusilamiento de Pantalón Boné en el malecón, hoy Explanada, la costurera ciega de los bellos ojos, la autobiografía del Teatro Principal, el 25 de Mayo y la represión franquista, y para terminar, la desternillante, escatológica e irreverente historia de un doble milagro en la iglesia de Santa María. Todo bajo el Benacantil.
La lectura de este libro me hace pensar que los alicantinos tenemos mucha suerte, porque nuestra ciudad posee un hito que nos permite orientarnos en todo momento: me refiero al Monte Benacantil, que sirve de peana al añejo Castillo de Santa Bárbara. Alicante no es como esas ciudades sin relieve ni desniveles donde uno se desorienta sin remedio. Nosotros, aquí, siempre sabemos dónde estamos, dónde hemos de ubicarnos respecto al mar y a nuestro castillo. Y para colmo de la suerte, nuestro hito característico tiene rostro, podemos ver su cara en el escudo de la ciudad, es nuestra ancestral Cara del Moro. Me gustaría que un geólogo me dijese cuál es la antigüedad de esa formación rocosa. ¿miles, cientos de miles, millones de años? Seguramente, esa cara hierática, ese “viejo con capucha” que decían los ingleses que tomaron Santa Bárbara, esa esfinge protectora que nos ampara, está ahí desde antes de que hubiera seres humanos sobre la Tierra, desde antes de que hubiera ninguna cara viva con la que compararla. Es la predecesora de todos los rostros y es nuestra. Por eso, a su sombra no pueden ocurrir cosas comunes y hasta la anécdota más simple se impregna de magia si ocurre bajo el Benacantil. Por eso, ser alicantino es algo muy importante. Y por eso todos estos cuentos que presentamos el lunes son tan especiales.
No os perdáis el libro.
Miguel Ángel Pérez Oca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, el libro tiene muy buena pinta!
Me gustaría poder leerlo, ¿cómo podría conseguirlo?
Gracias!