domingo, 10 de agosto de 2008

JANO Y EPIMIETEO


Jano y Epimeteo son dos pequeñísimos satélites de Saturno, de unos pocos kilómetros de diámetro, denominados coorbitales por compartir e intercambiar sus órbitas, que están pegadas a los famosos anillos. De hecho, la distancia entre sus respetivas órbitas es inferior al diámetro de ambos, así que tarde o temprano deberían darse un coscorrón. Pero los caprichos de la Mecánica Celeste hacen que esto no suceda. Cada varios años, el satélite que ocupa la órbita interior está apunto de alcanzar al de la superior e impactar con él; pero entonces, debido a la gravedad del que va delante, el que va detrás se acelera y asciende hasta colocarse en la órbita del otro, mientras el que va delante se frena por la misma causa y desciende a la antigua órbita de su compañero. Una vez cada uno en su nueva órbita, el que va delante discurre por ella más deprisa, con lo que se aleja de su perseguidor, que a su vez viaja más despacio. Y así hasta que dentro de muchas vueltas, el más rápido e inferior esté a punto de alcanzar al más lento y superior. Y entonces se repetirá la extraña carambola celeste. Y así desde hace incontables millones de años.

Os pongo un cuadro mío, a gouache, que se llevó el Primer Premio de Pintura Espacial en las XIII Jornadas Estatales de Astronomía, celebradas en Tenerife en 1997. El él se ve a un astronauta terrícola, sobre Jano, que saluda a sus compañeros establecidos en Epimeteo. Al fondo Saturno y sus anillos en forma de una línea muy delgada, puesto que estos satélites viajan en su mismo plano.

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