lunes, 11 de enero de 2021

PALABRAS EXTRAÑAS Y TÓXICAS.

No sé por qué extraña carambola y, desde luego, violando la legislación vigente sobre Privacidad, ha aparecido en el móvil de mi mujer un escrito que yo publiqué en un blog privado y luego borré por considerarlo, quizá, demasiado fuerte. Sin embargo ese escrito fue difundido por alguien en otros medios, y ahora aparece misteriosamente en el móvil de mi mujer, seguido de una respuesta de un ex amigo, a la que no voy a contestar, salvo dos aclaraciones: 1.-El comunicante achaca mi actitud combativa contra los imprudentes del coronavirus a que tengo un miedo exacerbado a morirme. Bueno, yo tengo miedo a morirme como cualquier otra persona normal; pero, eso sí, tengo un miedo enorme a que alguien se muera por mi culpa. 2.-Después dice que he tenido a mi madre encerrada detrás de una reja en las fechas de su última decadencia y muerte. Yo le quiero aclarar que la reja era la verja perimetral de la excelente residencia medicalizada donde la teníamos al cuidado de grandes profesionales, y que la reja se debía a que en esas fechas (Agosto ppdo.) estaban prohibidas las visitas de familiares, por lo que teníamos que hacerlas de ese modo. Nada más que aclarar. Alguien que utiliza tan vergonzosos argumentos no merece ninguna contestación argumentada.
Miguel Ángel Pérez Oca.

5 comentarios:

Miguel Ángel Pérez Oca dijo...
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el sindrome de ulises el blog de eusebio perez oca dijo...
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el sindrome de ulises el blog de eusebio perez oca dijo...
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Miguel Ángel Pérez Oca dijo...
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Miguel Ángel Pérez Oca dijo...

Eusebio, hermano, te pido perdón por lo que acabo de hacer. He borrado todos los comentarios, tanto el mío como los tuyos. No quiero seguir manteniendo esta guerra repugnante con quien no se la merece. Creo que la mejor ofensiva y defensa es el silencio, ignorar a quienes pretenden ofender con argumentos vergonzosos. Bastante desgracia tienen quienes cuando se miran a un espejo ven a una persona desagradable. El odio, el rencor, la venganza son las armas de la gente indigna; así que no voy a escribir nada más sobre este asunto. Con su pan se lo coman y que el coronavirus los respete, pese a sus imprudencias.
Tú tranquilo, que el tiempo todo lo cura.