domingo, 10 de mayo de 2015

EN EL MITIN DE AYER.



Ayer, sábado día 9 de mayo de 2015, en el pabellón deportivo Pitiu Rochel, se celebró un mitin de Izquierda Unida al que asistí, sobre todo, por mi vinculación con GUANYAR ALACANT, coalición electoral local que aúna los empeños de las fuerzas progresistas por desplazar al PP de nuestro Ayuntamiento, después de tantos años de pésimo gobierno, sin sensibilidad social, obsesionado por las privatizaciones que son el dogma de los neoliberales, con presuntas corrupciones, favoritismos y enriquecimientos escandalosos de algunos empresarios de la ciudad, mientras hay familias desahuciadas, en el paro y con la sanidad, la educación y la cultura recortadas hasta límites intolerables. En esa coalición está Esquerra Unida, Esquerra Republicana del PV, Els Verds y Alternativa Socialista, y tiene el apoyo de Podemos y otras formaciones políticas y ciudadanas.
Yo nunca he sido un entusiasta de los mítines. Creo que los oradores suelen elaborar sus discursos con los argumentos que ya comparten todos los asistentes, en un ejercicio de reafirmación que se retroalimenta y da ánimos a sí mismo, y que yo no necesito en absoluto. No soy de los que necesitan gritar consignas y mis actitudes suelen ser esencialmente reflexivas y, hasta cierto punto, íntimas; que después se traducen en trabajo y esfuerzo; pero que no necesitan combustibles ideológicos de ninguna clase.
Por eso, acudí al mitin sin demasiado entusiasmo, admirando en todo caso el esfuerzo hecho por algunos compañeros voluntariosos, empeñados en lograr un acto multitudinario que reforzara nuestras opciones políticas, de cara al electorado. La mayor parte de los oradores estuvieron a la altura de mis expectativas. Tenían todos ellos y ellas más razón que un santo. Lo que decían eran verdades cono puños y me solidaricé sinceramente con todos los presentes, arriba y abajo del estrado; con Pavón, nuestro tenaz y concienzudo alcaldable y con el resto de participantes. Sin embargo debo destacar a dos de ellos que, sinceramente, me impresionaron y justificaron del todo mi asistencia.
En primer lugar mencionaré a Alberto Garzón, con su discurso preciso, didáctico, clarificador, que me recordó al Tierno Galván de los mejores años de la Transición. Nos dio una clase magistral desde un talante joven que conectaba con todos y nos aclaraba las ideas. Siempre recordaré una frase de su discurso, que él atribuye a un profesor suyo que, según él, dirigía frecuentemente a sus alumnos manipulados por los medios afines al poder: "¿Quién ha pensado por vosotros?". Garzón es uno de los grandes de la política, y espero verle hacer grandes cosas en mi país.
La otra persona ya la conocía desde hace años; pero sigue asombrándome. Me refiero a Esther López Barceló, candidata a las autonómicas por Alicante. Su actuación, como siempre, fue espectacular. Es asombroso como esta mujer, con su belleza aniñada y su cuerpo menudo, de frágil apariencia, se agiganta en el estrado, toca la fibra sensible del auditorio con un aplomo que asusta, y da en la diana en cada uno de sus razonamientos. Su cierre, con un alegato a la Memoria Histórica, llegó a emocionarme. A mí, que me considero tan cerebral y tan racionalista.
La conclusión del mitin estaba muy clara para mí. Con gente como esta todavía podríamos salvar a nuestro país, a nuestra comunidad autónoma y a nuestra ciudad de la debacle vergonzosa en la que nos ha sumido el Partido Popular que, además, como un nuevo Saturno, devora a sus mejores hijos, los pocos que no se han ensuciado con la corrupción y el despotismo no ilustrado. Y sé por quién lo digo.
Solo falta que el pueblo, conmigo, sepa lo que le conviene y vote a quien le conviene.
Cuando venga por aquí Pablo Iglesias iré también a su mitin, para hacerme una idea de conjunto y juzgar hasta dónde deben llegar mis esperanzas.
Nos aguardan jornadas decisivas.
                                                                                         Miguel Ángel Pérez Oca.



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