domingo, 17 de abril de 2011

LO QUE HAY QUE TRAGAR.


Ese es el título del libro de Gustavo Duch, prologado por Federico Mayor Zaragoza: "LO QUE HAY QUE TRAGAR. Minienciclopedia de política y alimentación" (Los libros del lince - 2010 - Tercera Edición). Creo que es una lectura indispensable para todo el que se inquiete por cuestiones como la alimentación ecológica, la agricultura sostenible y la soberanía alimentaria. Cuando me invitaron a participar en su presentación, yo no tenía idea de estas cuestiones, pero leyendo el libro de Duch, ameno y lleno de sentido del humor, fácil de leer y sin embargo riguroso y fundamental, comprendí que no podía dejar de recomendar su lectura. Mi intervención, el pasado día 16 en el Club Información de Alicante, versó sobre el entorno global de estos fenómenos, enmarcados en otro más universal y peligroso: la marcha suicida del Capitalismo neo liberal, desbocado ante la falta de alternativas y críticas, hacia un desastre humano, económico y ecológico que se me antoja inminente. Afortunadamente, el pueblo sigue teniendo algo que decir, desde nuestra postura de consumidores. El consumidor, si sabe defenderse, tiene la sartén por el mango en esta sociedad eminentemente consumista. Las multinacionales viven de vendernos sus porquerías, pero nosotros podemos negarnos a comprarlas. Para eso están los canales alternativos, otra forma de entender la agricultura (que no es más que la tradicional de toda la vida, anterior al cultivo industrial, los pesticidas y los transgénicos) y otro concepto de consumo fuera de las grandes superficies explotadoras del agricultor atado a los métodos capitalistas. Se impone la organización de los consumidores y la acción política coordinada. La cuestión, según entiendo yo, es quién llegará primero a su meta, el capitalismo salvaje a destruir el planeta con el calentamiento global y el envenenamiento del medio en busca de beneficios incontrolados, o el pueblo concienciado capaz de rechazar el sistema en busca de un equilibrio humanista y racional. Yo, no se crean, no las tengo todas conmigo y desconfío del futuro que le espera a la humanidad del fútbol y la tele basura. Pero, por intentarlo que no quede. Nos jugamos la vida y el futuro de nuestros descendientes, los herederos de esta Tierra que les vamos a dejar.


Gustavo Duch me ha dedicado un ejemplar de su libro: "Para Miguel Ángel, porque los bichos raros pueden cambiar las cosas". Me halaga que me llamen "bicho raro" en este mundo de mentes uniformadas.


No os perdáis el libro. Vale la pena.


Miguel Ángel Pérez Oca.

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