miércoles, 13 de abril de 2022

UNA GUERRA EXCEPCIONAL.

 


            Nunca habíamos visto en la televisión y en la prensa imágenes más espeluznantes. Cadáveres en bolsas de plástico mutilados, cubiertos de sangre, enterrados en fosas comunes, que castigan nuestra sensibilidad y nos hacen indignarnos ante esos abyectos crímenes de guerra. Parece que desde la Segunda Guerra Mundial no se habían cometido  tales monstruosidades. La televisión nunca nos había torturado con escenas similares y los resultados de los bombardeos norteamericanos sobre Iraq y Vietnam, o los de israelíes sobre la población palestina de la Franja de Gaza, parece que no hubieran causado víctimas entre las mujeres, los niños y los ancianos de la zona enemiga. Al menos la televisión se guardó mucho de enseñarnos sus cadáveres. Las víctimas del repugnante señor Putin son el producto de horrorosos crímenes de guerra, es muy cierto, pero las víctimas de los señores Kiesinger, Mc Namara y sus presidentes, y las víctimas de las decisiones de los gobernantes de Israel, también lo son. Y no digamos nada de los muertos de Hiroshima y Nagasaki. Parece que se trata de mostrarnos una guerra única en la historia de estos últimos siglos. La única guerra en que se cometen crímenes. Y nadie quiere acordarse de nuestro periodista Couso, muerto de un disparo intencionado de un tanque americano en Iraq cuando filmaba la entrada de los yanquis en Bagdad desde el balcón de su habitación de hotel.

            Yo creo que el empeño de las agencias de noticias occidentales de mostrarnos este horror obedece más al asesino de guerra que a sus víctimas. El malo es Putin, el desagradable Putin de rostro impenetrable, que nos recuerda tanto al viejo Stalin. Vale, eso es cierto, muy cierto, pero cuando el responsable de la muerte de civiles desarmados es un gobernante de los nuestros, parece que alguien ordena a la prensa que corra un tupido velo. Mostrar a los muertos era “de mal gusto” hasta ahora. Y eso es injusto, no es equitativo. En los Juicios de Nüremberg faltaron los criminales del bando vencedor, que también los hubo, por ejemplo los que ordenaron los masivos bombardeos sobre ciudades alemanas y japonesas. En Vietnam hubo matanzas, como la de Mi-Lay, que se resolvieron con condenas muy leves, en juicios obligados después de que una prensa todavía no manipulada las diera a conocer. El comandante de la escuadrilla que bombardeó Alicante el 25 de mayo de 1938, en nuestra Guerra Civil, murió el año 1981 siendo General de Brigada de la Aviación italiana; nadie había juzgado sus crímenes. Y mientras occidente se afana en acoger a los refugiados ucranianos - lo que me parece muy bien - las fronteras de Europa se cierran a los fugitivos de Oriente Medio y África Subsahariana, que tienen que venir clandestinamente en pateras y muchos de ellos, hombres, mujeres y niños, mueren ahogados en el Mediterráneo, convertido en fosa común, mientras Europa mira para otro lado.

            Si no fueran nuestras deficientes democracias tan hipócritas, el trato dado a la guerra de Ucrania sería el mismo que se daría a todas las guerras y a todos los refugiados… y a todos los criminales de guerra, por supuesto. Porque mostrarnos a los muertos ucranianos y ocultarnos los que producen nuestros aliados americanos e israelíes también debería ser un delito de guerra, al menos de una desfachatez imperdonable.

            En todas las guerras se cometen crímenes. De hecho, la guerra supone la exaltación del homicidio. Por eso la guerra en general debe ser condenada y los criminales como Putin y algunos políticos occidentales, deben ser juzgados y condenados,

            Digamos siempre NO a la guerra, como hicimos cuando la de Aznar y sus socios ingleses y americanos de las Azores: ¡NO A LA GUERRA!

                                                                                                          M.A. Pérez Oca.  

1 comentario:

el sindrome de ulises el blog de eusebio perez oca dijo...

NO A LA GUERRA !.
No te imaginas lo que me indigna la justificación que hacen de la guerra algunos tertulianos televisivos o algunos pseudoperiodistas de la prensa habitual. Qué decir de los círculos de amigos y vecinos que aprenden geografía a costa de ver la tele. Repiten como consignas los titulares televisivos. Pero desconocen que fue el PROTOCOLO DE MINKS, auspiciado por la OSCE o el hecho de la "propiedad" de la peninsula de Crimea desde 1774 cuando el imperio zarista la arrebató al imperio otomano. La autonomia de Sebastopol referente tanto a Rusia como a Ucrania ni desde cuando......y que decir de los comentaristas que repiten como consignas palabras rusas para definir la matanza de civiles. Por que no repiten estas palabras en las lenguas marroquíes tras la muerte de civiles saharauis, hace pocos días, o las contantes matanzas de civiles palestinos, podriamos aprender esa "costumbre" de matar de forma indiscriminada en Israel, o como lo llaman en Yemen, o en Libia, o en cualquier conflicto. Después viene la manipulación histórica con versiones tipo Pío Moa. Pero tiempo tendremos para hablar de ello.
Eusebio Pérez Oca