martes, 10 de septiembre de 2019

Y VAN TRES.




EN EL MUNDO DE LOS SUEÑOS.
(3ª parte de la trilogía “Isadora”)

            Isa ha llegado a su casa de la roca y observa, intrigada, que la casita de don Jorge está cerrada. A la mañana siguiente recibe la visita de Pepiño y Pepiña. Ambos visten de luto.
            -¿Que no sabe lo que ha pasado? – contesta, a la gallega, Pepiña, ante las preguntas de Isa.
            -Que se nos murió don Jorge – dice Pepiño, estrujando su boina entre las manos.
            -Fuimos a despertarlo y no respiraba… Se había muerto mientras dormía, con una sonrisa en los labios. Debía estar soñando algo muy hermoso… - dice Pepiña.
            -Ahora, los abogados están arreglándolo todo, porque nos nombró herederos universales en su testamento. Era un hombre bueno.
            -Pero le ha dejado a usted dos cosas, doña Isabel – concluye Pepiña.
            -Sí – dice Pepiño -, le ha dejado a usted el telescopio y un ejemplar de su último guión.
            Y le da un volumen encuadernado con gusanillo. En la tapa se puede leer el título: ISADORA.
            -Hace un mes, vinieron dos americanos a visitarlo. Uno era un famoso actor y director… Clint Eastwood, creo que se llama. Y el otro, el productor de una película que están rodando en Santiago. Le pidieron que les escribiera un guión y él les contestó que ya estaba retirado, pero que lo escribiría porque últimamente tenía unos sueños muy bonitos, que le habían dado buenas ideas…
-Bueno, pues luego le traeremos el telescopio.
            Y se van para abajo, mientras Isa se sienta en la terraza y ojea la obra póstuma de George Kaplan.
            Se trata de una rara historia: Un hombre tiene, desde hace varias noches, unos sueños maravillosos, y se muere repentinamente mientras duerme. Así que nunca se va a despertar. Y queda atrapado en el mundo de los sueños con la mujer que ama y le acompaña en sus aventuras oníricas. Es un relato muy libre, nada comercial, que nunca será película.
            A media tarde, Pepiño y Pepiña suben el telescopio. Y esa noche, Isa contempla Saturno, con sus anillos y satélites, mientras las lágrimas recorren sus mejillas.
            -Querido George, ya sé que me amabas, y ahora sé que me soñabas y que quizá habitas conmigo el mundo de los sueños, para siempre…
            Isa reflexiona sobre el paso del tiempo, mientras echa de menos los comentarios y la sonrisa de don Jorge al lado del telescopio. Si hubieran coincidido en otra época, quizá habrían llegado a buscar juntos el arte del amor.
            Ya es noche cerrada. Isa guarda el telescopio en la casa, bajo su funda de plástico, y se dispone a dormir. Pero don Jorge no se marcha de su cabeza y le cuesta conciliar el sueño…
            Es ya muy tarde, cuando Isa…dora, que ahora vuelve a tener 20 años, se levanta y sale desnuda a lo alto de la roca. Por el camino ve subir a un hombre joven y atlético, que corre hacia ella.
            -Vendré todas las noches a verte, George, y haremos del sexo un arte.
            Y se imagina la cama sobre la roca, bajo las estrellas.

                                                                       Miguel Ángel Pérez Oca.
                                                                              (500 palabras)

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