martes, 2 de octubre de 2018

CAMINO ROTO



El tema de la tertulia de ayer era "Si te vas de la tierra al mar". Este fue mi trabajo:


EL CAMINO ROTO.

            Queridísimo nieto Mohamed: Que Alá el Clemente y Misericordioso esté  contigo. Me dice tu padre que te vas a ir de nuestra tierra al mar en busca de mejor fortuna, y un temor profundo anega mi vieja alma. Si piensas arriesgarte en una de esas frágiles pateras, toma al menos las precauciones que te aconsejo. Debes comprarte un buen chaleco salvavidas. Llévate una linterna resistente al agua. Hazte con una buena mochila con provisiones y ropa. Yo pienso que deberías buscar plaza en una de esas lanchas rápidas que ofrecen los narcotraficantes por un precio muy elevado. Ya sé que ese medio es mucho más caro, pero es seguro. Con esta carta te mando unos dineros que  son bien poco, pero constituyen los ahorros de toda mi vida.
            Verás: Yo pretendo que Alá, bendito sea su Nombre, me perdone un viejo pecado. Porque no quisiera que la venganza divina por mis faltas cayera sobre ti, que ya sabes lo que dice el Corán de la Ley del Talión: hombre por hombre, mujer por mujer… hijo por hijo… y quizá nieto por nieto. Te explicaré: Hace muchos años, nuestro país era una colonia francesa y los jóvenes nativos queríamos liberarlo del yugo extranjero. Éramos nacionalistas y nuestro objetivo era una Argelia libre. No habíamos aprendido aún que lo importante no son las naciones sino las personas. Si hubiéramos exigido de nuestra metrópoli convertirnos en provincia autónoma, en la que se respetase nuestra lengua, religión y costumbres, ahora tú serías ciudadano francés y podrías irte a trabajar a París sin ningún problema. Pero nosotros, los patriotas, queríamos un país independiente y lo conseguimos tras un baño de sangre. Ahora, una vez vistos los resultados, cuando compruebo que los jóvenes de hoy tienen que jugarse la vida en el mar, víctimas de la miseria y la corrupción de nuestros políticos, veo el error que cometimos; que cometen todos los nacionalistas engañados por unos líderes que prefieren ser cabeza de ratón que cola de león.
            Yo luché por la libertad de mi patria, por implantar una nueva bandera, porque mis gobernantes fueran de mi raza y mi religión. Maté a varios militares franceses. Puse una bomba en un café europeo y provoqué la muerte de cuatro hombres, una mujer y una niña. Mis compatriotas me consideraron un héroe y cuando salí de la cárcel todos me aclamaban. Pero pronto vi que mi crimen había sido inútil. Y ahora tú te vas de la tierra al mar confirmando mi error y mi locura. ¡Malditas banderas, malditos himnos, maldito patriotismo! Como alguien dijo: El nacionalismo es el refugio de los miserables.
            Por eso te pido que aceptes mi dinero, con el ruego de que no corras peligros inútiles.
            Te quiero, querido nieto, que Alá el Clemente y Misericordioso te proteja y me exija a mí, exclusivamente, el pago de mis muchas deudas.
            (Esta carta fue encontrada dentro de una bolsa de plástico, flotando cerca del lugar donde había naufragado una patera, cuyos 50 ocupantes perecieron ahogados.)

                                                                                  Miguel Ángel Pérez Oca.
                                                                                              (500 palabras)

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