domingo, 22 de septiembre de 2013

50 PALABRAS SOBRE LOS JUDÍOS.



En la pasada reunión de la Tertulia de la Bodega Adolfo, un compañero nos desafió a escribir 50 palabras sobre algún tema importante. El tema, al final, resultó ser "Los judíos", y yo escribí lo que se me ocurrió; pero me dí cuenta de que con tan solo 50 palabras no se puede analizar un tema como este, así que seguí escribiendo hasta llenar la página habitual. Bueno, el resultado es el que os ofrezco a continuación:

JUDÍOS RICOS, JUDÍOS POBRES.
“Siento vergüenza ajena cuando veo que un pueblo que ha padecido el holocausto es capaz de justificar el trato que da a los palestinos. Pero no todos los judíos son culpables, porque no es cuestión de judíos y gentiles, sino de ricos y pobres. El poder siempre manipula las conciencias.”
Al analizar un tema tan complejo con tan solo 50 palabras es imposible no caer en la excesiva simplificación. Y todavía se podría hacer con menos palabras y, por consiguiente, menos rigor: “Los nazis eran monstruos, los judíos eran buenos y ahora son malos, los palestinos son buenos.” (17 palabras).
Pero sobre este asunto habría mucho más que decir, porque ¿qué pueblo no ha abusado nunca de otros grupos étnicos? ¿Qué hicieron los romanos? ¿Qué masacres no perpetraron los españoles en América? Y el Imperio Británico, ¿no estaba cimentado sobre la sangre de los colonizados? En nombre de la Patria, Dios, la Raza, la Democracia… muchas naciones también asesinaron a niños, mujeres y ancianos. ¿No lo hicieron los americanos en Hiroshima y Nagasaki, en Hamburgo y Drede? Pero lo que hace excepcional al Holocausto no es solo el frío exterminio de la que los nazis consideraban una raza inferior, si no su planificadísima realización y el hecho de que hemos visto las imágenes del horror. Lo que nos sobrecoge es la repugnante conversión del asesinato en una industria, incluso lucrativa, en la que debieron participar miles de personas especializadas y cultas. Por otra parte, estoy seguro de que en Auschwitz solo murieron los judíos que no habían podido pagarse un previsor y oportuno exilio; y que son ahora algunos riquísmos sionistas internacionales los que se aprovechan del dolor y la muerte de estos parientes pobres para justificar su explotación del territorio palestino, secundados por israelitas modestos que aspiran a mejorar su nivel de vida en la Tierra Prometida. Como siempre es cuestión de poder y de clases sociales manipuladas.
Y es la religión, la paranoia religiosa que a cambio de fe y obediencia nos promete paraísos o resurrecciones vencedoras de la muerte, la que a menudo sirve a los poderosos como coartada de sus felonías. Porque es muy fácil argumentar que es lícito expropiar por la fuerza de las armas a los descreídos gentiles que usurparon la Patria Sagrada hace 2000 años, mientras que no lo es masacrar al Pueblo Elegido por Yavé.
Cuando comprendamos, todos los seres humanos, que un palestino es una persona de la misma calidad que un judío, un negro centroafricano, un blanco europeo o un chino, estos crímenes lamentables ya no podrán tener ninguna justificación. Pero mientras haya quien crea que hay razas inferiores, mientras haya quien nos predique dogmas sagrados cuya obediencia nos hace supuestamente mejores que los ateos, mientras haya fanáticos que convenzan a los jóvenes de que hay un Dios que se complace con la muerte violenta de los infieles, mientras haya patriotas que nos digan que la vida de un hijo de nuestra nación vale más que cien vidas de extranjeros, mientras haya quien sostenga que las luchas deben darse entre grupos étnicos, religiosos y nacionales, en lugar de la única confrontación legítima, que es la de la justicia social, la de pobres contra ricos, abusados contra abusadores, desahuciados contra banqueros… tendremos asesinatos legales, abusos sistemáticos y crueldades permanentes.
Bueno, pues no he dicho todo lo que quisiera, pero al menos he podido esbozar mi opinión con un total de 651 palabras. No podría hacerlo con menos.
Y no nos engañemos: el ser humano es un depredador social y sus grupos jerarquizados se han dedicado, desde el inicio de los tiempos, a engordar a costa de todo ser vivo que cae a su alcance, incluidas las personas ajenas. Contra lo que decía el bueno de Rousseau, somos malos por naturaleza; aunque quisiera confiar en que podremos redimirnos algún día bajo una organización social justa.        

            Miguel Ángel Pérez Oca.                                                                   

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