ENRIQUE EL NEGRO.
No era negro, sino malayo, original de Sumatra. Pero los chicos de la Trinidad le llamaban “negro” porque su piel era más oscura que la de ellos.
-¡Eh, negro,
ven aquí, a ver si entiendes lo que dicen éstos de la canoa!
Y Enrique se acercó
a la borda y entabló una fluida conversación con los dos nativos que se habían
acercado a la carabela para ofrecer frutas a cambio de alguna baratija.
En eso, el
Capitán General don Hernando de Magallanes salió de la camareta acompañado por el
caballero Pigafetta, cronista oficial de la expedición.
-Oye, negro –
le dijo a Enrique, que era su esclavo e intérprete en el viaje -, pregunta a ésos
cómo se llama la isla que tenemos a proa.
-Yo ya sé cómo
se llama, mi señor amo. Se llama Zebú.
-¿Y tú cómo lo
sabes?
-Porque ya he
estado allí. Y porque esos nativos de la barca hablan en la lengua del reino de
Zebú.
-Pero, ¿cuándo
has estado tú en esa isla?- le preguntó Pigafetta.
Y Enrique miró
al horizonte, pensativo.
-Estuve aquí
hace muchos años. Antes de que me capturasen los portugueses de Malaka y me
vendieran como esclavo. Los portugueses hacían eso muy a menudo. Robaban nuestras
especias y nos esclavizaban a los tripulantes de los juncos. Eran… piratas.
El Capitán
General dio un tremendo puntapié en el trasero de su esclavo.
-¡Maldito
negro! ¿Cómo te atreves a tachar de piratas a unos compatriotas míos? Robar o
esclavizar a un infiel no es piratería. ¿Acaso no saliste ganando? Ahora eres
cristiano y si te portas bien irás al cielo. Además, te he prometido la
libertad si nos guías hasta las Islas de las Especias. Y cuando vuelvas a tu
isla, podrás hacer cristianos a los tuyos. ¡No hagas que me arrepienta de
haberte comprado en Malaka y llevado a Portugal!
-Perdonadme
señor, he dicho una tontería – respondió el siervo, sumiso -. Debo estaros
agradecido. ¡Pero es que estoy ya tan cerca de mi casa después de darle toda la
vuelta al Mundo, que pierdo la cordura…!
Y Magallanes y
el cronista se miraron significativamente.
-Pues es
verdad – razonó Pigafetta – este esclavo es el primer hombre que le da la
vuelta al Mundo.
-Ni se te
ocurra escribir eso en tu crónica – le respondió, severo, el Capitán General
–Si después de esta aventura, alguno de nosotros regresa a Castilla doblando el
Cabo de Buena Esperanza, podrá decir que ha circunnavegado la Tierra. Pero no
vamos a consentir que un esclavo negro reciba títulos y honores, ¿verdad? Que
las distinciones son para los hombres de noble naturaleza.
Y los dos se
fueron a proa, para ver mejor la isla de Zebú.
Y el “negro”
se quedó mirándolos de soslayo mientras se rascaba la nalga dolorida. Dentro de
500 años, alguien leería la velada crónica de Pigafetta y proclamaría a los
cuatro vientos que Enrique de Sumatra, el esclavo, el “negro”, fue el primer
hombre que dio la vuelta al Mundo.
Miguel
Ángel Pérez Oca.
(500 palabras)
1 comentario:
Cierto, el primer humano que dio la vuelta al mundo y nunca se le ha reconocido oficialmente.
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